Milei ratificó que vetará los cambios en las jubilaciones y profundizó la tensión con el Congreso

Luego de que la Cámara de Diputados aprobara por amplia mayoría un paquete de reformas previsionales, el presidente Javier Milei ratificó su postura en redes sociales: “Esperemos que los senadores no apoyen esta demagogia populista, pero de cualquier forma nuestro compromiso es vetar cualquier cosa que atente contra el déficit”.

El proyecto incluye un aumento del 7,2% para todas las jubilaciones y pensiones (excepto regímenes especiales), la suba del bono previsional de $70.000 a $110.000 con actualización por inflación y la restitución de la moratoria por dos años. La medida fue respaldada por 142 diputados, mientras que 67 votaron en contra y 19 se abstuvieron.

Desde el Gobierno salieron en bloque a confirmar el veto. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, lo reafirmó ante empresarios en el Centro Naval: “No hay nada si no mantenemos el equilibrio fiscal. Vamos a vetar cualquier ley que lo comprometa”. Y denunció que cada semana “se libra una pelea” para evitar que la oposición avance con normas que, según el Ejecutivo, implican un gasto insostenible.

El ministro de Economía, Luis Caputo, también se sumó a las críticas: “Saluden a los degenerados fiscales que se van. En octubre hay elecciones y ya no se engaña a la sociedad haciéndose los abanderados de las causas nobles”. Por su parte, el vocero presidencial Manuel Adorni sentenció: “El populismo ya no es parte del camino. Se vetará todo lo que quiebre el equilibrio fiscal”.

Según estimaciones oficiales, el impacto fiscal de la reforma previsional alcanzaría el 0,7% del PBI. El bono de $110.000 representaría el 0,26% y el aumento de haberes, un 0,42% en 2026. La oposición, en cambio, propuso compensaciones como la eliminación de exenciones fiscales y la reasignación de fondos estatales.

El debate se trasladará ahora al Senado, donde el peronismo necesita solo tres votos más para aprobar el proyecto. Si eso ocurre, el Ejecutivo podrá vetarlo, pero el Congreso podría insistir con dos tercios. Mientras tanto, la pulseada política entre el Gobierno y la oposición se vuelve cada vez más áspera.