Jueves 7 de Agosto de 2025

INFORME

Crece la informalidad laboral en Argentina y ya afecta a casi 9 millones de trabajadores

A pesar de una leve reactivación en algunas áreas, el empleo formal no logra despegar, lo que genera creciente preocupación por el avance sostenido de la precarización.

7 de Agosto de 2025

En un contexto de recesión económica, la informalidad laboral continúa en aumento en Argentina y ya alcanza al 42% de los trabajadores, lo que representa a 8,8 millones de personas. Los sectores más afectados son la construcción, el agro, la gastronomía y el servicio doméstico. A pesar de una leve reactivación en algunas áreas, el empleo formal no logra despegar, lo que genera creciente preocupación por el avance sostenido de la precarización.

 

Según un informe de Argendata basado en datos del INDEC, del total de trabajadores informales, 5,5 millones son asalariados sin aportes patronales y 3,3 millones son cuentapropistas o empleadores no registrados. Esto representa un incremento de 1,2 puntos en comparación con el mismo período del año anterior, cuando la informalidad se ubicaba en el 40,8%.

 

Los grupos más afectados por esta situación son los jóvenes de hasta 29 años, con una informalidad del 58,7%; los mayores de 65 años (49,5%) y las mujeres (43,4%), frente al 40,9% de los hombres. Además, el 62,4% de los cuentapropistas trabajan en negro, al igual que el 36,1% de los asalariados y el 19,7% de los empleadores.

 

El sociólogo Daniel Schteingart, de la organización Fundar, advirtió que el empleo formal “viene muy débil” y que la informalidad seguirá creciendo. Según explicó, aunque hubo una reactivación económica reciente, esta no fue suficiente para frenar el deterioro del mercado laboral. También señaló que sectores como la industria y la construcción, históricamente generadores de empleo registrado, están entre los más golpeados por el modelo económico actual.

 

La expansión del trabajo informal tiene múltiples consecuencias negativas: erosiona la base tributaria, complica el financiamiento del sistema previsional, reduce la productividad, genera competencia desleal y perpetúa la desigualdad. Los empleos informales suelen carecer de cobertura médica, aportes jubilatorios, licencias pagas y protección frente a accidentes.

 

Un análisis histórico muestra que la informalidad ha tenido varios picos desde 1986. En ese año, era del 26,9%, subió al 32,7% en 1995, alcanzó el 49,4% tras la crisis de 2001, bajó a 36% en 2024 y volvió a subir al 42% en 2025. Pese a los cambios metodológicos en la medición, Schteingart considera que los niveles actuales son comparables a los de hace 15 años.

 

El especialista también identificó causas estructurales detrás de la informalidad, como la alta evasión impositiva y un sistema tributario que desalienta la contratación en blanco. En particular, la elevada presión fiscal sobre el empleo formal encarece las relaciones laborales registradas, lo que afecta sobre todo a microempresas y trabajadores independientes.

 

Entre los sectores con mayor proporción de trabajo informal se destacan el servicio doméstico, la construcción, la gastronomía y el agro, donde más del 60% de los trabajadores están en negro. En contraste, sectores como el petrolero, minero, financiero e industrial, con mayor escala y presencia sindical, presentan tasas inferiores al 15%.

 

El informe también evidencia profundas desigualdades regionales. Las provincias con mayor informalidad son Salta (53%), Santiago del Estero (51,1%), Tucumán (50,2%) y Corrientes (49,7%). Por el contrario, Tierra del Fuego (14,3%), Santa Cruz (19,4%), Chubut (22,4%) y Neuquén (22,9%) registran los niveles más bajos, en línea con sus economías más estructuradas y con mayor proporción de empleo formal.

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